jueves, 5 de febrero de 2015

1.- Su Presencia


Abro las ventanas para ver el día fresco, avisando que el verano se aproxima y este año en comparación con el pasado será mucho más fresco. Mire el reloj percatándome de la hora, hoy me toca el turno de la mañana así que no puedo darme el lujo de llegar tarde a la librería, por lo que me despedí de Mary y salgo rápido para tratar de alcanzar el transporte que me deja en la esquina de una venta de periódicos a solo unos establecimientos de mi lugar de trabajo. De allí camino admirando las jardineras de rosas mientras son regadas y el brillo del rocío sobre sus pétalos es precioso. Al abrir la puerta sobre el tapete me tropiezo con un pequeño paquete muy bien envuelto con un sobre negro bastante tétrico encima, me agache para recogerlo y entre volteando el cartel de “Cerrado - Abierto” escrito en latín con unas letras muy preciosas. Dejo el paquete en el almacén junto con el periódico que leeré más tarde y me dirijo a la sala de descanso para calentar unos pedazos de pizza de la noche anterior preparando algo de jugo para acompañarlos.

Luego de reposar el desayuno llega un extraño hombre de unos veintinueve o treinta años muy bien vestido, rasgos faciales exquisitos, cabello alborotado de color castaño, alto y lleva unas gafas oscuras de sol. El aura a su alrededor es rara, muy rara. Pestañeo para salir de mi asombro de como una persona así esta en un lugar tan corriente y le pregunto con algo de timidez: ¿qué se le ofrece?.

Buenos días, ¿en que puedo servirle? le sonrió tímidamente-

Busco un paquete pequeño con un sobre negro encima que debió haber llegado esta mañana me devuelve la sonrisa mostrando su blanca dentadura-

¡Oh, si! Me espera unos minutos que esta en el almacén.

Lo deje esperando en el mostrador mientras fui al almacén a buscar el extraño paquete, por el sonido de la campana deduzco que Mary acaba de llegar y debe estar flirteando con el guapo cliente como es costumbre de su parte. Deje escapar un suspiro regresando al mostrador con el paquete en las manos llevándome la sorpresa de que no era Mary sino Steve quien ha llegado, debe estar de paso...

Su paquete, Sr.

Muy amable, ¿Helena? mira mi gafete regalándome de nuevo una sonrisa picará-

A s-su orden le sonreí tímidamente tratando de ocultar mis mejillas enrojecidas-

El misterioso hombre se retiro con el paquete sin decir nada mas que gracias, quede realmente aturdida por su presencia tan obscura y cautivadora a parte de su espectacular cuerpo que a leguas se le notaba por debajo de ese traje de Chanel, inmersa en mis suspiros me olvide por completo de que Steve está allí mirándome con una sonrisa burlona en sus labios, es un buen chico que le encanta el deporte a parte de ser un “ratón de biblioteca” esta perdidamente enamorado de mi buena amiga Mary que por supuesto no le es nada indiferente.

Steve, ¿qué te trae hoy por aquí?. Sabes que el turno de Mary, hoy es por la tarde.

Lo sé, pero a veces ella esta aquí contigo. Y también vine a regresar este libro -coloca el libro con timidez sobre el mostrador evitando mirarme-

Jajajaja, ¿“Los Secretos de un Corazón Herido”?. En serio estabas leyendo esto le pregunto con un tono de voz sarcástico-

¡Deja de burlarte! Es una excelente obra que alguien como tú, nunca entendería frunce el ceño cruzando los brazos realmente apenado-

Vale no te enojes, solo preguntaba.

Me lo recomendó Mary, por eso lo leí.

Sabes que ella te quiso jugar una fea broma, ¿cierto?.

Lo sospeché cuando me dijo el nombre.

Hay que ver lo enamorado que estas de ella suspire apoyando el mentón en la palma de mi mano-

Seguimos charlando por unas horas. El reloj cucú suena marcando las doce por lo que Steve debe irse a la universidad, tiene un debate con otra clase sobre el ecosistema, quiere ayudar a impulsar nuevas ideas para la preservación de la naturaleza. Es motivador el escucharlo hablar tan apasionado de ello. Mire a mi alrededor y me di cuenta que nuevamente hoy no hay nada por hacer así que me dispuse a leer el periódico, tal vez consiga una buena oferta de trabajo. Hojeo y hojeo los cuerpos de esta aburrida fuente de información diaria en el que no hay nada interesante. No estaría mal trabajar en un periódico o en la imprenta de uno, supongo que deben pagar bien o mejor redactor de columnas. Agite mi cabeza en forma de negación pues soy demasiado torpe para esas cosas.

Tres de la tarde y un hilito de baba se desliza de mi boca pues nadie se ha siquiera asomado, esta librería esta bien ubicada y tiene libros interesantes por esa razón no entiendo como ¡nadie viene a mirar!. La campanilla de la puerta suena de golpe y del susto grito tirando el periódico por todos lados, al mirar es Mary que ha llegado como si la estuviesen persiguiendo o algo parecido, fruncí el ceño y ella se asusta pidiéndome disculpas.

Helena, ¡lo siento mucho!, No quise asustarte. Pensé que llegaría tarde por eso entre así mira a un lado jugando con la punta de sus dedos-

Tran-Tranquila, Mary, no ha pasado nada.

Menos mal, no hubiera vivido en paz con tu muerte en mi consciencia.

Por cierto, ¿por qué querías llegar temprano le pregunto algo intrigada-.

E-Es que Steve esta por venir y quería que me encontrará aquí.

Mary, ¿vas en serio con él?. Porque él, sí.

¿Por qué lo preguntas tan de repente?.

Porque temprano estuvo aquí y... se ha leído el libro que le diste, completo.

¡En serio! Lo leyó todo. Es increíble, pensé que no lo haría al ver el título o siquiera al leer el primer capítulo.

Pues si, lo leyó completo. Yo también quede sorprendida y me burle un poco de él.

¡Helena!, porque eres así con Steve.

Olvídalo. Mejor iré a preparar algo de café, ¿quieres un poco?.

Si, no muy fuerte.

Fui a la sala de descanso a preparar un poco de café para pasar el sueño que me causa este trabajo tan aburrido, monto la cafetera en la hornilla con el agua. «¿Porqué no hay cafeteras eléctricas en este lugar?», pensé mirando por la ventanilla a una pareja que esta merendando en la cafetería de aquí junto, se les ve tan enamorados que cualquiera que les vea dirá que no tienen problemas algunos. Suspire de nuevo, reflexionando acerca de mi vida amorosa la cual no ha sido para nada interesante, cuando tenía dieciséis creí estar enamorada de mi profesor de deportes el que solo se aprovechó de mi para tener mi virginidad, desde entonces he tratado de entablar una relación con alguien pero nunca resultan porque siempre son unos imbéciles que quieren mi cuerpo y nada más. El café esta hecho, estoy preparando las tazas para servir cuando Mary grita y se me resvala una de las manos por salir corriendo a ver que le sucede para encontrarla en el piso con una revista en manos de esas caras que hay en el puesto de periódicos de la esquina. Esta vez estoy realmente enojada porque es la segunda ocasión en este día que me asusta de esa manera.

¡Mary Noray!, ¡es la segunda vez que me asustas de esta manera!. ¿¡Qué rayos sucede con tus hormonas!? le grito realmente furiosa-

¡He-Helena, tienes que ver este anuncio de trabajo!, es el indicado para ti.

¡Por un maldito anuncio gritas de esa manera!.

¡Si!, mira lo que dice.

Le arrebate la revista de las manos con ira, para ver el fulano anuncio por el que grito. Mis ojos se abrieron hasta el punto de que casi se salen de su lugar, mire a Mary quien sonreía de manera picara, releí el anuncio para ver si no estaba leyendo mal pero no. Las que esta escrito allí era de mucha seriedad, es algo increíble que alguien rico publique esa clase de anuncios en revistas como estas para solicitar secretaria “seria y discreta”. Me senté en una de las butacas que están justo detrás del mostrador para continuar con la lectura, a pesar de lo bizarro de este anuncio había una parte que llamo más mi atención: «Es un empleo muy bien pagado». Ese párrafo al leerlo fue como escuchar un coro de ángeles de fondo. Lo siguiente que sé es que Mary estaba concertando una cita para mí, justo para el día de ¡mañana!. Quede boquiabierta cuando me dijo que debía estar en el Edificio Chrysler a las nueve de la mañana, hice una mueca pues las palabras no me salían.

¿Helena, estas bien?.

Perfectamente. Lo único malo es que debo ¡salir a las siete de la mañana para dirigirme a Manhattan!

Podemos pedirle el favor a Steve para que nos acerque hasta allá, no creo que él se moleste por eso, ¿verdad?.

¡Crees que es muy fácil viajar desde aquí hasta Manhattan sin dinero!

¡Deja de armar tantos panchos que no eres una mujer menopausica!.

Tienes razón, debo ver la parte positiva de esto. Si consigo el trabajo por fin tendré la oportunidad de demostrar lo que sé.

Además tú jefe no seria otra persona más que ¡Allen Michels!, ese hombre es tan sexy y su mirada es tan frívola e intensa que derrite suspira atontada-

A mí no me interesa ese hombre, solo deseo obtener el trabajo.

Pero debes informarte sobre quien sera tú posible jefe.

­Debo saber quien es él, no si su mirada es sexy y él es frívolo me apoyo sobre el mostrador jugando con mis dedos-

¡Deberíamos ir de compras!. Tienes que lucir muy sensual para que ganes puntos y termines de enganchar el trabajo.

Tú de verdad que no entiendes nada de nada suspire recogiendo mi cabello en un moño-

Vamos le diré a Steve que nos alcance por ahí, ¿te parece?.

Pero no tengo dinero para comprar ropa.

¡Helena King, me ofendes!. Somo amigas, ¿lo sabías? cruza los brazos frunciendo el ceño-

Claro que lo somos, ¿porque lo dices?.

Porque yo te voy a regalar el traje de la victoria para mañana, ¡te verás fabulosa!.

¿Estas segura de eso, Mary?.

Bueno es hora de irnos al centro comercial.

Cerramos la librería temprano para irnos al centro comercial y tratar de conseguir un traje formal a buen precio algo difícil pero lo intentaremos. Recorremos las tiendas buscando un traje a mi medida, bueno más que todo accesible. Mirando un traje en las tiendas Dolce&Gabanna nos alcanzo Steve con unos amigos suyos de la universidad, los ojos de Mary brillaron al ver lo guapo que él anda y no lo negare. Steve luce guapo con esas gafas. Ella le comenta lo de la entrevista mientras tomamos unos helados con sus amigos que no están nada mal. Luego de terminarnos los helados continuamos con la búsqueda aunque sé que Mary se enamoró del traje negro de seda y gabardina de la otra tienda pero yo no daré casi diez mil dólares por un traje que usare una sola vez. Y fue en ese momento que lo encontré, cerca de una tienda de Chanel lo vi, el conjunto perfecto para mi cuerpo. Acentúa mi cintura y caderas resaltando mi busto, y lo mejor de todo es que solo cuesta ¡tres mil dólares!. De nuevo escuche ese coro de ángeles tras de mi lo que me indica que este traje es el mejor para mí. A regaña dientes pero Mary igual lo pago, yo estoy feliz y espero que ese hombre no se de cuenta de que es un traje barato. Ahora faltan los zapatos que deben ser altos para que me den más presencia y seguridad según Steve, yo creo que lo único que me pueden dar esa clase de zapatos son muchas ampollas y tal vez una torcedura de tobillo. Imaginar siquiera la torcedura es algo que realmente me asusta. Los zapatos esta vez corren por cuenta de Steve que quiere hacerme un presente de “cumpleaños”, aunque falten unos cuatro meses para eso. No les quito la voluntad de querer regalarme estas cosas pues sé que cuando tenga como, se los recompensare.

Comienza a oscurecer, y el hambre comienza a hacerse presente. Steve nos invita a su casa para cenar los tres juntos. Pienso que definitivamente haré un muy mal tercio entre ellos dos que seguro quieren un momento a solas pero la oferta de la cena en su casa es realmente tentadora, así que será para la próxima que se queden solos a cenar.

El departamento de Steve es verdaderamente amplio y limpio, demasiado para un chico. La cocina es igual de espaciosa y reluciente, el refrigerador es una exageración para alguien como él que vive solo. Lo que más llama la atención de Mary es la enorme cama extra king size, parece de princesa sin dejar de mencionar lo suave del colchón que es tan alto que necesitaré escalera para sentarme allí. Aunque no sé porque pensé eso. Me fui hasta la cocina para ver en que podía ayudar a Steve pero al parecer él ya tenía todo bajo control, por lo que decidí poner algo de música y crear un ambiente más divertido. La cena esta lista, nos sentamos en el suelo alrededor de la mesita en la sala de estar. Charlamos, reímos y nos tomamos dos botellas de vino tinto entre los tres. Mary fue la primera en quedarse dormida en la super cama siendo seguida por Steve sobre el sofá y finalmente yo fui a hacerle compañía a Mary en la cama que resulto siendo más esponjosa de lo que yo pensaba.
A lo lejos un ligero sonido se intensifica cada vez más pero el problema es que no sé de donde proviene, comienza a hacerse muy molesto así que con dificultad abro mis ojos para saber que es ese sonido tan molesto. Mire a ambos lados del cuarto con los ojos entreabiertos sin lograr percibir el lugar de origen de ese molesto sonido, me acomode de nuevo en la almohada que es como si estuviera durmiendo sobre un malvavisco. Sin embargo, el sueño no me dura mucho pues el sonido se vuelve a hacer presente en la habitación por lo que esta vez debo sentarme y prestar detenida atención al lugar de origen del sonido. Nuevamente miro alrededor tratando de escuchar detenidamente para ver si de una vez por todas encuentro el lugar de donde proviene el bendito sonido que me esta comenzando a hastiar, pero no logro captar el lugar de procedencia. No sé si es porque aún sigo medio dormida y por ello mi subconsciente me esta jugando una broma. Aunque por un momento noté sobre la mesita de noche del lado de la cama donde duerme Mary, una pequeña caja cuya pantalla parpadea constantemente, lo que quedaba de sueño en mi se ha disipado al ver la hora. «¡Señor, esto debe ser una pesadilla!. ¡Son las ocho de la mañana!», mi cita de trabajo es en una hora y yo todavía estoy con misma ropa de ayer en la noche. Salté de la cama para llamar a Mary quien tiene el cabello pegado en la cara y esta babeando, le dije que despertara a Steve para que tengan tiempo suficiente para cepillarse los dientes mientras que yo me ducho y visto lo más rápido posible. Ella con dificultad se sienta en la cama estregándose los ojos con el revés de sus manos, mira el reloj y grita, y luego corre a despertar a Steve. Ya me duche, «Fue más rápido de lo que pensé», digo mirándome al espejo arreglando mi esponjado cabello y cubriendo las horribles ojeras que me han salido. Le pedí a Mary buscar la ropa junto con los zapatos para adelantar y que se nos haga más fácil la salida. Ella me tira todo sobre la cama y de inmediato comienzo a vestirme. No me tomó mas de quince minutos el estar lista y según yo “presentable”. Cuando salí de la habitación, Steve y Mary quedaron boquiabiertos, no pueden creer que la mujer que siempre viste en jeans – sudaderas – botas se vea tan bien en este tipo de ropas. Tomé mi bolso y salimos del departamento prácticamente volando hacia el estacionamiento, ¡sólo nos quedan treinta minutos para llegar a Manhattan!.

Steve parece todo un corredor de autos profesional, va a una velocidad impresionante y aún estamos vivos. Lo mejor de todo es que ¡hay buen tránsito! Y eso nos ayuda a llegar con cinco minutos de sobra para poder subir hasta el último piso del Edificio Chrysler, «¡Son setenta y siete pisos!, Ruego tener tiempo suficiente». No lo pienso mucho y corro al interior del lugar despidiéndome de mis amigos que pasarán a recogerme más tarde. No hay tiempo para admirar la majestuosidad y magnificencia de este edificio, debo llegar. Casualmente el ascensor esta por subir, le grite a un hombre que esta dentro por favor retener las puertas unos segundos, con la mayor velocidad corrí hacia este alcanzando a entrar cerrándose las puertas detrás de mí. Es increíble haber corrido tan rápido llevando tacones de cinco centímetros de alto. Deje escapar un largo suspiro de cansancio agradeciéndole al hombre desconocido por esperarme y apoyándome en las frías puertas del ascensor descanse mis adoloridos pies, que están matándome. Me toma justamente cinco minutos llegar al último piso de este inmenso lugar, antes de seguir arregle mis ropas y cabello que están hechas un desastre por la carrerita al ascensor. No debo ni quiero dar una mala impresión en esta importante entrevista, pero algo me incomoda, salí tan deprisa de la casa de Steve que no me percaté de como se veía el traje en mí. Sé que ellos pusieron una cara de extrema sorpresa, sin embargo, estaba tan apurada que no me fije en que mis “discretas” curvas, han hecho su aparición. Agite mi cabeza en signo de negación y me encaminé a la oficina donde está mi prospero futuro. Detuve la marcha al ver la larga fila de mujeres guapas y muy bien estructuradas que obvio, son mi competencia. Lo mejor de todo es que no debo de preocuparme porque alguien note mis curvas, cuando hay tantas mujeres en esta sala, por lo tanto me aproxime a la mesa para registrarme y recibir mi número de turno. «Un poco más y soy la número cien», suspire cabizbaja sentándome en un banco alejado del resto. Es deprimente este lugar, más que todo porque la mayoría se conoce entre sí y yo soy la única que no conoce a nadie.

Media hora más después de mí llegada, comienzan a llamar por orden de citas no por orden numérico como yo pensaba. Pasan y pasan chicas que al salir de esa oficina se les ve agitadas o enfurecidas, ladee mi cabeza en señal de intriga pero en realidad no me importa lo que les haya pasado, aunque algo que me extraña es el tiempo que les toma en salir. Las que salen agitadas les toma media hora salir mientras que las que salen enfurecidas solo les lleva de diez a quince minutos, eso es algo muy sospechoso para mí. Es el turno de la señorita más guapa de todas las que están aquí. «Seguro que ella se quedará con el trabajo, es frustrante pero es la realidad». Miré por la ventana y el clima esta precioso así que no hay motivos para deprimirse sino que debo estar con la mente positiva de que tal vez, yo pueda quedarme con este trabajo. No le tomó más de cinco minutos para salir de esa oficina azotando la puerta como alma que lleva el diablo, «Parece que la suerte esta de mi lado», sonreí al escuchar mi nombre. ¡Soy la siguiente!. Trague saliva y con la frente en alto entre a ese lugar, sin saber que me estaría esperando, eso me tiene mucho más entusiasmada.

Las ventanas están abiertas de par en par, definitivamente el clima esta precioso, las pesadas puertas de madera se cierran detrás de mí. La enorme silla de cuero se gira y un hombre con una impecable presencia y divina apariencia, esta frente a mí escrutándome con sus brillantes ojos azul-mar.

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